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domingo, 26 de febrero de 2017

Vicente Iborra, siempre conmigo

sevillafc.es

Para sentir algo como tuyo no es condición sine qua non haber nacido en el lugar que despertó ese afecto. Les aseguro que, como sevillista de adopción, entiendo perfectamente qué siente Vicente Iborra por el escudo del Sevilla FC. Cuando este sentimiento te abraza, estás perdido. Seas de donde seas. Da igual dónde naciste o dónde te criaste. El sevillismo se mama o se inocula. Indistintamente. Y es en las malas, cuando los tuyos están desorientados, cuando el camino está cargado de nubes, donde sale a relucir ese sentimiento de pertenencia. Me rindo a Vicente Iborra, señores. A mi capitán. A nuestro capitán. Con mayúsculas. Me rindo ante un tipo que hace ya tiempo dejó de ser un simple futbolista más de la plantilla para convertirse en el alma de un vestuario. De un club. De una afición. 

Descanso del derbi. El Sevilla FC pierde justamente tras una primera parte en la que es claramente inferior al Betis. El equipo está exhausto físicamente y agotado mentalmente después del partido contra el Leicester. Nada hace presagiar la remontada. Entonces emerge la figura de Vicente Iborra, suplente hasta ese momento. Primero en el vestuario, donde, junto a Nico Pareja, hace temblar los cimientos del Benito Villamarín y resucita el ánimo de un equipo que era incapaz de hallar el camino; más tarde, marcando el gol de la victoria. ¿Parece fácil dicho así, verdad? Créanme que el gran y verdadero mérito de Vicente Iborra fue levantar, una vez más, y ya son muchas, la cabeza de los suyos. Si volviera a nacer mil veces, sea donde fuere, le elegiría siempre conmigo. Siempre.

El Sevilla FC se planteó seriamente traspasar a Iborra este pasado verano. Estuvo a un paso de marcharse a Inglaterra. Fueron los pesos pesados del equipo quienes rogaron al club que no se fuera. ¿Ahora entienden el porqué, verdad? Parece que ha nacido en el mismo barrio de Nervión. Nunca olviden que Iborra defenderá este escudo y esta camiseta hasta el resto de sus días. Hasta el último. Tanto dentro del terreno de juego como fuera. Iborra siempre suma. Como titular, como suplente o en la grada. Nunca levanta la voz para pedir más protagonismo. A él le basta y le sobra con ser líder en la trastienda. Donde realmente se gestan los grupos y, con trabajo, los éxitos. Nacimos para dominar Sevilla, y así seguirá siendo al menos una temporada más, y todo gracias a un tipo que hace tiempo dejó de ser un futbolista más para ser uno de los nuestros. Al fin del mundo contigo, mi capitán.   

twitter: @cmsanchezt

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